EL PELOTÓN DE LA MUERTE DE OJINAGA ⚠️

EL TERROR TENÍA HORARIO: DE DÍA USABAN UNIFORME, DE NOCHE LO MANCHABAN DE SANGRE.

Existe una memoria colectiva en Ojinaga que todavía provoca escalofríos. Los habitantes sabían una verdad tácita: cuando caía el sol, el peligro real no eran solo los cárteles, sino quienes salían del cuartel militar.

Esta es la historia del «Pelotón de la Muerte», una unidad bajo el mando del General Moreno Aviña que borró la línea entre la autoridad y el crimen organizado.

El Modus Operandi: La Transformación Nocturna

De 8:00 AM a 6:00 PM, eran la autoridad honorable, realizando patrullajes y retenes con el uniforme verde olivo bien planchado. Pero al llegar la noche, el protocolo cambiaba radicalmente.

El Disfraz: Se quitaban el uniforme y las insignias. Se vestían de civiles, con pasamontañas y ropa oscura.

El Vehículo: No usaban Hummers ni camiones oficiales. Salían a cazar en camionetas particulares sin placas, idénticas a las que usaba el crimen.

No Eran Arrestos, Eran «Levantones»

La misión nocturna no era aplicar la ley, sino el exterminio. El pelotón no llevaba órdenes de aprehensión. Realizaban «levantones» de objetivos específicos (presuntos rivales del grupo que el General protegía).

Lo que seguía era el horror puro. Las víctimas eran llevadas a parajes solitarios para ser t*rturd4s y, finalmente, ejecvt4d4s extrajudicialmente. La brutalidad llegaba al punto de desaparecer los cv3rp0s utilizando gasolina robada a la propia compañía militar para no dejar rastro.

La Coartada Perfecta

A la mañana siguiente, los mismos soldados que habían jalado el gatillo eran los encargados de reportar los hechos. Todo se archivaba bajo la excusa perfecta: «Ajuste de cuentas entre grupos rivales». Usaron la narrativa de la guerra contra el narco para camuflar terrorismo de Estado.

Reflexión: Cuando el Protector es el Depredador

Ojinaga se convirtió en un pueblo fantasma donde el mayor miedo era llamar al 911, porque las personas que debían protegerte eran las mismas que te cazaban al oscurecer. Es uno de los capítulos más oscuros donde el Estado no solo falló, sino que se convirtió en el asesino.

Pregunta: ¿Crees que este modus operandi de «soldados disfrazados» fue único de Ojinaga, o fue una práctica común en los años más duros de la guerra? 👇

Este contenido tiene un propósito estrictamente informativo y de documentación histórica sobre violaciones a derechos humanos y crímenes de estado. No busca glorificar actividades ilícitas.

🎖️ EL GENERAL QUE VENDIÓ SU RANGO: CUANDO EL BATALLÓN SE CONVIRTIÓ EN UNA FRANQUICIA CRIMINAL

En la teoría militar, un General es la máxima figura de honor y patriotismo. Pero en Ojinaga, el General de Brigada Manuel Moreno Aviña demostró que las medallas también tienen precio.

Esta no es la historia de un soldado que «se torció». Es la historia de cómo un alto mando convirtió a la 3ra Compañía de Infantería No Encuadrada (CINE) en el brazo armado personal del Cártl de Snaloa.

Limpiando la Plaza con Recursos Públicos

La misión oficial era combatir el crimen. La misión real era muy distinta: exterminar a la competencia. Moreno Aviña recibió sobornos millonarios de «Gente Nueva» para borrar del mapa a sus rivales de «La Línea». Lo aterrador es la eficiencia burocrática del mal: usaba la inteligencia militar, las armas del Estado y los vehículos oficiales no para detener delincuentes, sino para privarlos de la libertad y entregarlos (o ejecutarlos él mismo). El Ejército se convirtió en la mejor empresa de s1c4r10s de la región.

La Tiranía del Mando: «Plata o Plomo» para los Soldados

Aquí es donde la historia se vuelve trágica para la tropa. Muchos soldados rasos no querían participar en estas «misiones». Pero, ¿cómo le dices que «no» a un General?

Moreno Aviña instauró un régimen de terror interno. Los soldados que intentaron denunciar o negarse a obedecer órdenes ilegales fueron amenazados de mu*rte, arrestados bajo cargos falsos de insubordinación o enviados a misiones sin retorno. La lealtad a la patria fue reemplazada por la lealtad al jefe.

Reflexión: La Corrupción de la Jerarquía

El caso del General Moreno Aviña (condenado a 52 años de prisión) es una herida abierta. Nos recuerda que la corrupción más peligrosa no es la del policía de calle que pide para el refresco, sino la del General que usa su poder absoluto para transformar a jóvenes soldados en ases*nos a sueldo.

Pregunta: En una situación así, ¿qué debe hacer un soldado raso? ¿Obedecer la orden superior aunque sea un crimen, o rebelarse y arriesgarse a ser ejecutado por su propio General? 👇

Este contenido tiene un propósito estrictamente informativo y de documentación histórica sobre corrupción militar y justicia. No busca glorificar actividades ilícitas.

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