
El mundo observa con temor el estallido de una nueva gu3rra en Medio Oriente. Lo que comenzó como tensión, hoy se ha convertido en una ofensiva abierta entre Israel e Irán, dejando ya cientos de mu3rtos y ciudades enteras bajo ataque.
Israel lanzó más de 200 aviones en la llamada “Operación Rising Lion”, golpeando sitios nucleares clave en Irán, incluyendo Natanz y Teherán. El objetivo: detener el programa nuclear iraní.

Irán respondió con una lluvia de más de 350 misiles y 100 drones contra ciudades como Tel Aviv, Haifa y Petah Tikva. Aunque Israel logró interceptar la mayoría, al menos 24 civiles han muerto y los daños son incalculables.
En Irán, los ataques han dejado más de 220 muertos, incluyendo altos mandos militares y científicos. Las calles están llenas de dolor, miedo e incertidumbre.
El mundo contiene la respiración. Líderes internacionales piden paz, mientras Estados Unidos refuerza la defensa israelí y no descarta entrar en combate si sus intereses son atacados.
Los precios del petróleo ya se están disparando.
El riesgo de una guerra regional —o incluso algo mayor— es real.
Mientras tanto, miles de familias lloran a sus muertos, rezan por sus hijos y temen por el mañana.
El mundo necesita paz… pero hoy, el cielo sobre Medio Oriente está lleno de fuego.

