RAMÓN ABELARDO SOTO PANDO, UN EJEMPLO DE TRABAJO, ESFUERZO Y DEDICACIÓN.

El hablar de un vida llena de trabajo, esfuerzo y dedicación sin duda abarca las virtudes que en vida ponía en práctica el destacado comerciante Ramón Abelardo Soto Pando, fallecido el pasado día 29 de septiembre víctima de un infarto fulminante en el Hospital Integral de esta Ciudad de Ojinaga a la edad de 67 años, dejando un gran vacío dentro de sus seres queridos, amistades y todos los que tuvieron la dicha de conocerlo.

Originario de Julimes, Chihuahua; pero radicado por más de 46 años en Ojinaga, fue hijo del matrimonio formado por el Sr. Eustacio Soto y la Sra. Lucia Pando, teniendo por hermanos a José Manuel, Rosa Olivia, Alfredo y Rogelio (+).

Formó un feliz matrimonio al lado de la Sra. Irene Márquez Ortiz, quien fue el amor de su vida, en el año de 1977; para en 1978 venir a radicar a Ojinaga dedicándose al comercio con su tienda Súper Nelly.
De su ejemplar matrimonio nació su única hija Nelly, quien a su vez le dio la dicha de ser abuelo de sus nietos Jesús Ramón y Juan Pablo; teniendo por yerno a Jesús Maurilio Pantoja Rubio.

Ramón fue un hombre muy conocido y querido en Ojinaga, especialmente en la Estación del
CH-P destacándose por ser una persona altruista y muy apegado a la religión católica, siendo el donador para que se llevara gran parte de la capilla de la iglesia de San José Labrador ubicada en la antes mencionada Estación del CH-P.

Era un hombre el cual disfrutaba mucho de viajar, mirar las peleas de box en la televisión y sin duda alguna trabajar en su tienda.

Formó parte del Movimiento Familiar Cristiano Católico y daba pláticas para el sacramento del bautizo y prematrimoniales. Destacando también que su esposa es una activa catequista.

Su misa se celebró el día 30 de septiembre en la Iglesia de san José Labrador a las 5 de la tarde, para después recibir un homenaje de cuerpo presente en su tienda Súper Nelly y de ahí pasar al Panteón de La Estación donde recibió cristiana sepultura.

Ramón parte de este plano terrenal, pero sin duda quedara grabado dentro del pensamiento de todos los que lo conocieron, con el gran hombre que fue, con un don de gente, que sin duda siempre tuvo.

¡Descanse en Paz!

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