
Un juez de un tribunal federal sentenció a 20 años de prisión a la dueña de una funeraria de Colorado quien aceptó haber vendido partes humanas ilegalmente y de entregar cenizas falsas a familiares de personas fallecidas.
Megan Hess, de 48 años, recibió la sentencia máxima posible después de declararse culpable de fraude postal el pasado mes noviembre en virtud de un acuerdo de culpabilidad en el que se retiraron otros cargos en su contra.
Las autoridades estadounidenses dijeron que en decenas de ocasiones, Hess y su madre, Shirley Koch, de 69 años, quien también se declaró culpable de fraude postal, transfirieron cuerpos o partes de cuerpos a terceros para su investigación sin el conocimiento de las familias.